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OPINIÓN: La parte ‘D’ de Medicare dejará vulnerables e indefensos a latinos que viven con el VIH/SIDA 

Medicare Parte D
El 62 por ciento de las muertes ocurren fuera de una instalación médica y el 38 por ciento en hogares.
(Dreamstime/TNS)
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Mientras que la pandemia del COVID-19 le ha quitado la vida a casi 50.000 californianos, no debemos olvidar que la epidemia del VIH/SIDA les ha quitado la vida a cientos de miles de personas durante las últimas tres décadas.

Como organización dedicada a promover el bienestar de las personas afectadas por el VIH/SIDA, hemos avanzado mucho educando a las personas de color y a comunidades marginadas sobre ese virus mortal. En ese esfuerzo hemos logrado destacar la importancia de buscar tratamiento para controlar la enfermedad.

Sin embargo, una proposición hecha por la administración del ex presidente Trump está amenazando con cancelar el progreso que hemos hecho en asegurar que los latinos de Los Ángeles impactados por el VIH/SIDA, reciban los tratamientos médicos críticos con los que cuentan.

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En enero, la administración Trump, a través del Centro de Innovación de Medicare y Medicaid (Center for Medicare and Medicaid Innovation (CMMI)) puso en marcha un Modelo de Modernización de Pago de la Parte D voluntario y de 5-años (PDM) que les ofrece a los planes de Medicare la oportunidad de relajar las protecciones a los pacientes actuales bajo el programa de Medicare.

Las protecciones, tal y como están ahora y conocidas como las seis clases protegidas, salvaguardan los regímenes de tratamiento de los pacientes que viven con condiciones complejas como VIH/SIDA, cáncer, y enfermedades mentales. El hecho de garantizar que los planes cubran todos los medicamentos bajo esas seis clases permite que las personas y sus proveedores puedan adaptar el cuidado a sus necesidades personales sin temor a obstáculos burocráticos.

El modelo del PDM que surtirá efecto en 2022, debilitaría de manera significativa estas protecciones al permitir que los planes de seguros Parte D incluyan solamente un medicamento por clase. Esta reestructuración del programa significaría también la restricción de los formularios a un solo medicamento dentro de una clase particular, y posiblemente dejaría fuera a muchos medicamentos que podrían tratar una multitud de enfermedades crónicas como el VIH/SIDA.

Si usted vive con una persona con VIH/SIDA o proporciona cuidados a un individuo con VIH/SIDA, usted puede comprender qué tan importante es disponer de una variedad de tratamientos. Con bastante frecuencia, es necesario hacer muchos intentos para descubrir cuál droga o tratamiento es la opción más propicia para el paciente. Reducir estas protecciones y restringir las opciones de tratamiento obligará a los médicos que receten tratamientos de talla única a los pacientes que necesitan un cuidado más personalizado.

Por otro lado, las personas de nuestra comunidad están enfrentando no solo el VIH/SIDA. También lidian con enfermedades mentales severas que frecuentemente requieren antidepresivos que caen dentro de las seis clases protegidas. ¿Imagínese que los dos medicamentos con los que cuenta usted ya no estuvieran disponibles, obligándole a usar la única droga que esté al alcance y que tal vez no funcione para su enfermedad?

Restringir las opciones de tratamiento es frustrante en cualquier momento, pero que eso pase durante una pandemia que ya ha creado discrepancias de salud muy significativas dentro de las comunidades latinas y ha perjudicado la salud mental de innumerables personas, sería devastador.

Esta proposición no hace nada para bajar los costos que deben pagar los pacientes y es una receta tanto para el empeoramiento de los resultados sanitarios como para el incremento de los costos de la atención médica a largo plazo.

En lugar de implementar un modelo que hará que los pacientes pasen más tiempo enfermos, le pido a la administración del presidente Biden que establezca planes para bajar los gastos de bolsillo sin restringir el acceso a los tratamientos para las enfermedades crónicas.

Nuestra organización usa el monumento “The Wall Las Memorias” en Los Ángeles, para dar inspiración al cambio social y brindar consuelo a las personas que hayan perdido a un ser querido po VIH/SIDA. Sin embargo, nuestra verdadera misión es la de asegurar que nadie en nuestra comunidad pierda a otro amigo o familiar por esta terrible enfermedad, y esa es la razón por la cual les pedimos a los legisladores que implementen políticas que creen un acceso fiable a la atención médica de alta calidad con acceso no limitado a los tratamientos esenciales para salvar vidas.

En medio de estos tiempos tan peligrosos de enfermedad y desigualdad disparatadas, las preocupaciones de las comunidades marginadas y de bajos ingresos por todo Los Ángeles son claras y contundentes: sin contar con programas tales como las seis clases protegidas dentro de la Parte D de Medicare, los pacientes no podrán costear ni tener acceso a los medicamentos que necesitan para vivir.

No es demasiado tarde para que el presidente Biden abandone la implementación de este modelo propuesto. El mandatario Biden tiene que cumplir su juramento de proteger a los vulnerables y asegurar que los pacientes que luchan en contra de enfermedades crónicas tengan el acceso amplio a la atención médica asequible, fiable y de alta calidad.

Richard Zaldivar, es fundador y director ejecutivo del proyecto “The Wall Las Memorias”, que es una organización sin fines de lucro basada en Los Ángeles y dedicada a la promoción del bienestar y la prevención de la enfermedad entre las poblaciones latinas afectadas por el VIH/SIDA.

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