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16.000 personas en L.A viven en su auto, pero los estacionamientos seguros siguen siendo escasos

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Hace dos años, Los Ángeles comenzó a probar una alternativa a los refugios para personas sin hogar, llamada estacionamiento seguro, que les da a quienes viven en sus automóviles un lugar seguro para pernoctar.

El primer sitio fue rápidamente considerado un éxito, por lo cual la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA, por sus siglas en inglés) acordó financiar nueve lotes más en el programa piloto, con promesas de expandirse.

A principios de este año, antes de la publicación de nuevos datos que muestran que más de 16.500 personas viven en sus vehículos, la autoridad presentó una solicitud a los proveedores de todo el condado para poder cumplir esa promesa.

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Pero los detalles de la licitación frustraron a algunos grupos, alegando que las reglas eran demasiado pesadas y el presupuesto demasiado ajustado.

“Había muchas preguntas, particularmente de gente experimentada, y eso me preocupó”, afirmó Paulina Hong, del Programa Asiático Estadounidense contra el Abuso de Drogas, un grupo que tenía planeado presentarse. “¿Tiene sentido la forma en que se proyecta? Me pareció que no. Pero LAHSA tiene sus razones para estructurarlo como lo hizo”.

Bajo el nuevo modelo de la autoridad, la mayoría de los lotes necesitarían múltiples guardias de seguridad, que trabajen en turnos de 12 horas. Mientras que los espacios existentes acomodan de cinco a 10 automóviles, los nuevos tendrían que operar con no menos de 25, y el 95% de los lugares deberían estar ocupados cada noche.

A los operadores de los lotes también se les exigiría ofrecer administración de casos en el sitio y otros servicios. Y todo debe hacerse por menos de $30 por automóvil, por noche, e idealmente menos de $20, según el plan de la autoridad para personas sin hogar.

“La cifra más alta de los dos niveles de financiamiento es relativamente similar a lo que pagamos por una cama de refugio”, consideró Heidi Marston, directora de programas de la autoridad.

Pero en una cama de refugio duerme una persona, señalan los proveedores, mientras que un automóvil, una furgoneta o una casa rodante a menudo contiene a una familia.

En total, la expansión está presupuestada para producir menos de 300 plazas de aparcamiento seguras, aproximadamente el doble de la cantidad que existe actualmente.

Eso deja a la mayoría de las personas que viven en vehículos sin un lugar legal para dormir.

“Tenemos que empezar por alguna parte”, expresó Marston. “Debido a que este es un programa nuevo, queremos tener una idea de lo que realmente se necesita para poder escalar desde allí”.

Las cifras anuales de personas sin hogar del condado de Los Ángeles publicadas la semana pasada muestran un aumento del 5% de individuos que duermen en vehículos.

“Normalmente son familias o personas que trabajan”, la mayoría de ellos nuevos en la calle, destacó Marston.

Pero los programas financiados por el gobierno federal dan prioridad a los desamparados crónicos, lo cual hace que el estacionamiento seguro sea una de las pocas formas de refugio accesibles para el creciente número de angelinos que no han estado sin hogar anteriormente.

“No me sorprendió ver que más personas se están mudando a sus vehículos, porque las rentas aumentan más rápido que los ingresos”, expuso Va Lecia Adams Kellum, presidenta del St. Joseph’s Center, una organización de servicios para desamparados. “Hay familias que aún trabajan, pero tuvieron que tomar la triste decisión de mudarse a sus autos”.

Los grupos que actualmente operan en sitios seguros de estacionamiento sostienen que para permanecer en el programa, tendrán que hacer más con menos.

“Al mirar los números y hacer los cálculos, [el programa piloto] contemplaba casi el doble de pago por vehículo permitido” según el nuevo plan, expuso Veronica Lewis, directora de la división de HOPICS, una agencia de servicios para personas sin hogar, que abrió el primer aparcamiento seguro en Los Ángeles, en la primavera de 2017. Esas cantidades son demasiado bajas para la mayoría de las iglesias u organizaciones comunitarias, consideró.

Hong, del Programa Asiático Estadounidense contra el Abuso de Drogas, comentó que entre las horas de operación exigidas y el estricto requisito de seguridad, su organización no puede permitir el estacionamiento de desamparados en un lote que el grupo posee. “Requeriría dos turnos o una persona de tiempo extra durante todo el período”, aclaró. “El dinero no iba a ser suficiente”.

El estacionamiento seguro no es inherentemente caro, alegan sus defensores. El programa que lleva casi dos décadas en San Diego, Dreams for Change, tiene un costo aproximado de $10 por automóvil y por noche, según la directora ejecutiva Teresa Smith. “Tenemos un presupuesto muy ajustado”, afirmó ella.

El programa no emplea guardias de seguridad, y sus lotes funcionan con una concentración más alta que los de Los Ángeles, que contemplan dejar un espacio vacío entre cada automóvil.

Marston, del programa de L.A, dijo que el requisito de los guardias de seguridad tiene la intención de ayudar a las personas que trabajan a dormir mejor, “a tener un verdadero descanso nocturno y ser productivos al día siguiente”, para que puedan salir de la falta de vivienda más rápido. De manera similar, el modelo de gestión de casos surgió porque “[los usuarios] laboran durante el día, y nuestro sistema se interpone con sus horarios”.

Para algunos, como Yunus Rajabiy, los servicios sociales de estacionamiento seguro fueron de vital importancia. Cuando este técnico de acondicionadores de aire y electrodomésticos, de 36 años de edad, entró por primera vez en uno de estos espacios seguros de North Hills, el otoño pasado, llevaba durmiendo en su furgoneta de reparto durante casi tres años. Seis meses después, vivía en un apartamento.

El hombre le da crédito a la coordinadora de admisiones del lote, Laura Rathbone, por ayudarlo a recuperarse. “Ella me hacía hacer cosas que me ayudaban, porque de lo contrario estaba muy deprimido”, relató.

Pero para otros, los servicios en el lugar son menos cruciales que simplemente tener un espacio seguro para dormir, idealmente que esté cerca del trabajo o la escuela de sus hijos.

“Los estacionamientos seguros son particularmente útiles cuando están próximos a las áreas donde las personas no tienen hogar”, señaló Adams Kellum. “Es tan importante que esos espacios estén cerca”.

La autoridad identificó 10 lotes que los operadores podrían usar gratis. Pero están dispersos por todo el condado, muchos de ellos muy lejos de las áreas donde vive la mayoría de las personas en vehículos, según datos de 2018.

Dos de ellos se encuentran en el Valle de Antelope, donde predominan los vehículos de tipo RV y los campistas entre la población sin hogar. Uno está en un centro de libertad condicional juvenil, el otro en un antiguo lugar de detención de Inmigración y Control de Aduanas.

Los RV presentan un desafío especial. Muchos de ellos ya no funcionan, y los estacionamientos seguros necesitan que los RV puedan salir de allí durante el día. Por otra parte, aunque estén en buen estado los vehículos recreativos consumen mucha gasolina, lo cual limita la posibilidad de desplazamiento de sus propietarios.

“Soy muy sensible con los adultos mayores. Quiero incluirlos en el programa y no puedo, porque sus vehículos no funcionan”, dijo Rathbone, la coordinadora de ingresos en el Valle de San Fernando, donde más de 1.600 personas vivían en casas rodantes el año pasado.

Marston remarcó que está al tanto de la crisis de vehículos RV, pero que la agencia confía en que incluso si la mayoría no puede estacionarse allí, los sitios del centro se llenarían. “Hasta que no abramos estos espacios en áreas que están más lejos, no sabremos cuál es realmente la necesidad”, señaló.

Rathbone instó a las iglesias y otros grupos a organizar sus propios lugares de estacionamiento seguros, fuera del sistema. “Su espacio es suyo; usted puede elegir qué hacer con él”, destacó. “Si tiene voluntarios, puede hacerlo todo por su cuenta”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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