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“Habrá coronavirus en el otoño”: los expertos advierten sobre nuevos brotes

President Trump
El presidente Trump habla sobre el coronavirus en la sesión informativa de la Casa Blanca el martes.
(Alex Brandon / Associated Press)
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Las divisiones están creciendo en Estados Unidos entre algunos gobernadores y alcaldes sobre la reapertura de sus estados a medida que aumenta el número de víctimas de COVID-19 tanto en vidas como empleos, dejando a los líderes divididos entre las demandas para evitar más brotes y revivir la economía.

Liderando el camino para levantar las restricciones, con el aliento del presidente Trump, hay seis gobernadores republicanos en todo el Sur, en Georgia, Florida, Carolina del Sur, Tennessee, Alabama y Mississippi, que han formado una coalición para coordinar las reaperturas, según el gobernador de Florida Ron DeSantis, quien anteriormente abrió playas en su estado.

En Georgia, sin embargo, los alcaldes se han resistido al llamado del gobernador Brian Kemp para abrir peluquerías, salones de tatuajes y boliches esta semana, siempre y cuando los empleados y clientes tomen medidas de distanciamiento social. El alcalde de Savannah calificó el plan de “imprudente”. El miércoles, Trump se unió al coro contra el movimiento de Kemp, un día después de alabarlo en la Casa Blanca y decir: “Él sabe lo que está haciendo”.

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El presidente, que con frecuencia invirtió posiciones durante las semanas en su respuesta al coronavirus, dijo que no estaba de acuerdo con los planes de reapertura de Kemp y los describió como una violación de las pautas de la Casa Blanca.

“Creo que para los spas, salones de belleza, tatuajes y peluquerías... es demasiado pronto”, manifestó Trump. Aún así, agregó, Kemp “tiene que hacer lo que cree que es correcto”.

Además, agregó, “es algo hermoso ver” la reapertura de algunos estados. Subrayó que los estadounidenses deben adherirse a las pautas sobre distanciamiento social y lavado de manos para prevenir nuevas infecciones.

Sobre otro asunto, Trump alegó ignorancia cuando se le preguntó acerca de una declaración el miércoles del Dr. Rick Bright, ex director de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado, de que había sido destituido de su trabajo en represalia por quejarse de que la “política o amiguismo” estaba dictando las decisiones sobre investigación científica, en particular relacionadas con un medicamento no probado, la hidroxicloroquina, que Trump ha promovido para tratar COVID-19.

La oficina que encabezó Bright se ha encargado de desarrollar una vacuna contra el coronavirus. “Nunca supe de él”, dijo Trump el miércoles. “...Si el tipo dice que fue despedido de un trabajo, tal vez sí, tal vez no”.

Vegas mayor
La alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, ha sido una de las más críticas del continuo cierre, calificándolo de “locura total”.
(Isaac Brekken / For The Times)

A pesar de que algunos estados toman medidas para reanudar una apariencia de vida normal, las encuestas recientes han demostrado que una mayoría considerable de estadounidenses cree que las restricciones son adecuadas y deberían mantenerse. Un sondeo publicado el miércoles por Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos encontró que el 61% de los estadounidenses piensa que las restricciones en sus áreas son apropiadas, y el 26% dijo que los límites no van lo suficientemente lejos. Sólo el 12% expuso que los límites habían ido demasiado lejos.

El presidente ha dicho que se demostrará que tiene razón en la capacidad de la nación para probar y reabrir pronto. El gobierno federal ayudará a los estados a aumentar las pruebas, aseguró Trump, pero insistió reiteradamente en que es responsabilidad de ellos. Los expertos en salud han advertido contra la flexibilización de las restricciones hasta que se pueda evaluar a más personas para saber si son portadores del virus.

Algunos gobernadores se han enfrentado con él por la dificultad de adquirir suministros de prueba, incluido el republicano Larry Hogan de Maryland. Hogan y su esposa coreana estadounidense trabajaron directamente con Corea del Sur para importar 500.000 pruebas para su estado, y tomaron medidas para evitar que los funcionarios federales confiscaran los suministros para distribuirlos a otros lugares.

Varios de los estados que se están abriendo, incluidos Georgia, Carolina del Sur y Tennessee, tienen un desempeño inferior a otros en las pruebas y no han visto disminuciones en nuevos casos durante 14 días consecutivos, la medida que la Casa Blanca recomendó esta semana como umbral para reabrir de manera segura.

Aún así, a los estados les está yendo mejor que en semanas anteriores, y ciudades como Nueva York, el epicentro de la pandemia, Detroit y Nueva Orleans han avanzado mucho en la contención del virus.

Sin embargo, la falta de coordinación a nivel federal ha llevado al debate y a las acciones conflictivas entre estados y ciudades.

En Carolina del Sur, las tiendas de muebles, playas y otros negocios están abiertos. Si bien el alcalde de Charleston dijo que cumpliría con las órdenes estatales de apertura de tiendas, expresó su preocupación de que el estado aún no tenga acceso a suficientes pruebas.

Esta semana el gobernador de Texas Greg Abbott también alivió las restricciones en todo el estado, los líderes del condado en Houston anunciaron nuevas reglas que requieren que los 4.7 millones de residentes del área usen mascarillas en público durante al menos 30 días a partir del lunes. Abbott permitió la reapertura de parques estatales, cirugías electivas y entrega de productos en la acera en ciertas tiendas.

Quizá la resistencia más fuerte a los continuos cierres vino el miércoles de la alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, quien en una entrevista de CNN pidió la reapertura inmediata de hoteles y casinos en la ciudad.

“Me encantaría que todo estuviera abierto... Hemos tenido virus durante años”, dijo Goodman, quien calificó los cierres como “locura total”. El gobernador demócrata Steve Sisolak aseguró que el estado se moverá a un ritmo más lento, y describió su condición actual como en “fase cero”.

En Colorado, la orden de quedarse en casa caducará el domingo, sin embargo, el alcalde de Denver, una ciudad muy afectada, señaló que las restricciones podrían extenderse aún más.

El gobernador de Oklahoma Kevin Stitt, republicano, anunció el miércoles que los salones de belleza podrían abrir con cita el viernes, seguidos de gimnasios y restaurantes el 1 de mayo. Pero el alcalde de la ciudad de Oklahoma dijo que la ciudad seguiría evaluando los cierres.

En Nueva York, el gobernador demócrata Andrew Cuomo anunció el miércoles que el estado se uniría a Nueva Jersey y Connecticut para asociarse en un programa de búsqueda de contagios con al menos $10 millones en fondos proporcionados por el ex alcalde de Nueva York Michael R. Bloomberg.

El gobernador del estado de Washington, Jay Inslee, demócrata, también anunció un programa de rastreo. El seguimiento de contagios utiliza tecnología que incluye teléfonos móviles para notificar a las personas que pueden haber estado expuestas, y ha demostrado su eficacia en China y otras naciones asiáticas.

Más de 46.000 individuos han muerto en EE.UU por COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus. Se espera que el número de casos confirmados en Estados Unidos alcance el millón en días. Los estudios han sugerido que al menos en varias ocasiones más personas han sido infectadas y son contagiadas sin mostrar síntomas, lo que hace que este coronavirus sea particularmente difícil de contener.

Después de un comienzo lento y aún irregular, Estados Unidos está evaluando la infección a más de un millón de personas por semana. Los expertos en salud pública dicen que al menos triplicar ese número debería ser el objetivo antes de que la nación pueda comenzar a reanudar de manera segura las actividades que reúnen a grupos de más de 10 individuos.

El martes por la noche, nuevos datos mostraron que el coronavirus ha permanecido en Estados Unidos mucho antes de lo que se creía. El médico forense del condado de Santa Clara publicó informes de autopsia de dos muertes, el 6 y el 17 de febrero, que mostraron que fueron causadas por COVID-19. Ahora son los primeros decesos documentados del país por la enfermedad. Anteriormente, se pensaba que un hombre en el estado de Washington que murió el 28 de febrero era la primera víctima.

Los funcionarios federales de salud han expresado precaución sobre las reaperturas, temiendo que resurgan nuevos brotes. El martes, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Robert Redfield, dijo en una entrevista con el Washington Post que la enfermedad podría “ser aún más difícil” el próximo invierno, ya que coincide con la temporada normal de gripe.

Existe “la posibilidad de que el asalto del virus en nuestra nación el próximo invierno en realidad sea aún más difícil que el que acabamos de atravesar”, expuso. “Vamos a tener la epidemia de gripe y la epidemia de coronavirus al mismo tiempo”.

Trump objetó el artículo y tuiteó el miércoles en la mañana que al director se le estaba citando incorrectamente y que Redfield emitiría una declaración en ese sentido. En lugar de una declaración, Trump hizo que Redfield se uniera a él en la conferencia de prensa de la Casa Blanca para decirle a los periodistas que el informe estaba equivocado. Pero el director admitió: “Estoy citado con precisión”.

El artículo en cuestión estaba titulado: “El director de los CDC advierte que la segunda ola de coronavirus probablemente sea aún más devastadora”, una descripción que Trump cuestionó. Redfield también cuestionó la palabra “devastador”.

“No dije que esto iba a ser peor”, subrayó Redfield. “Dije que esto sería más difícil y potencialmente complicado porque tendremos gripe y coronavirus circulando al mismo tiempo”.

“Es posible que ni siquiera regrese el coronavirus”, agregó Trump.

Pero sus asesores de salud no tenían tanta confianza.

La Dra. Deborah Birx, coordinadora del grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca, aseguró que el gobierno se estaba preparando para el “potencial” de un nuevo brote de COVID-19 en otoño e invierno. Y el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo: “Tendremos coronavirus en el otoño”. Pero, agregó, que el país estaría “mucho mejor preparado” para cualquier brote.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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