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OPINIÓN: Los inmigrantes serán las víctimas de la campaña presidencial

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Si como todos esperamos, la pandemia disminuye su intensidad, poco a poco, la vida irá retomando su curso. Estamos aún lejos de que ese regreso sea igual a la situación previa, creo que los espacios que socialmente se compartían como los cines, teatros o restaurantes, tardarán mucho en retomar la actividad “normal”. Mas allá de las regulaciones oficiales, la gente tendrá temor de estar junto o cerca de un desconocido.

Si todo sigue como va y aunque hay quien quisiera posponerlo, uno de los procesos que retomará su curso es el de la campaña presidencial en Estados Unidos. De hecho, casi por default los dos candidatos que contenderán ya están definidos. Donald Trump por el Partido Republicano y Joe Biden por el Partido Demócrata. Sin embargo, la nueva realidad y dinámica social los obligará a modificar fondo y forma de sus campañas. Además, tendrán que hacerlo contra reloj.

En cuanto a la forma, ambos tendrán que reflexionar y encontrar nuevas estrategias para reunir a sus seguidores. No me imagino uno de los famosos “rallys” con miles de asistentes, en un futuro cercano. No creo que se lleguen a prohibir o regular de manera rígida, pero lo más seguro es que las autoridades sanitarias emitan guías para ese tipo de eventos, y será por lo menos interesante observar cuál de los dos candidatos se apega mejor y sobre todo, cuál de ellos saca mayor provecho de lo que sin duda será un nuevo formato, aunque tampoco me imagino una campaña sin “rallys”.

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En cuanto al fondo, hay temas que jugarán ahora un papel central desde nuevos enfoques y perspectivas. Por ejemplo, en el tema económico y del empleo que hasta antes de la pandemia parecía estelar para Donald Trump, en estos tiempos será un tema espinoso del que no hay manera de salir bien librado, pero sobre todo la perspectiva cambia, y en su lugar no se hablará de los logros, sino de cómo recuperar el empleo para los estadounidenses, y en ese tema aparecerán los inmigrantes.

De cualquier forma, el tema de la inmigración iba a estar en la campaña. Sólo que ahora lo abordarán ambos candidatos, con un discurso muy diferente. Cuando había buenas cifras de empleo, el discurso según el cual los inmigrantes desplazan mano de obra estadounidense y les quitan trabajos no tenía cabida y se recurría entonces, desde un extremo, más al tema de seguridad nacional y desde el otro al enfoque social, familiar, de solidaridad y respeto de los derechos humanos.

Ahora, con el impresionante número de desempleados que dejará la pandemia, la perspectiva de competencia con la mano de obra nativa recobra fuerza, mucha fuerza. De hecho, el escenario no es nuevo. En la crisis económica de los 30´s se detonó un regreso masivo de inmigrantes. El mundo hoy es muy diferente, pero para muchos de los desempleados pensar que los inmigrantes ocupan trabajos que deberían ser para ellos, tendrá sentido.

Si lo duda, solamente lea la Orden Ejecutiva que hace unos días firmó el presidente Trump, negando temporalmente la entrada a nuevos inmigrantes. Más allá de las implicaciones técnicas y de que no pueden realizar ningún trámite porque las oficinas correspondientes están cerradas, el sustento de esa acción es proteger el empleo de los estadounidenses, de un sector de la población que en su lógica, es más vulnerable a la mano de obra inmigrante, particularmente, la población afroamericana a quienes menciona explícitamente.

En este contexto, insistir en que la mano de obra inmigrante es necesaria y complementaria, que no desplaza mano de obra nativa y que incluso, por el tipo de ocupaciones que desempeña será fundamental para salir de la crisis, es como remar contra corriente. Incluso para Joe Biden, será difícil defender el papel de los inmigrantes en la nueva economía.

Sin embargo, sí hay como hacerlo. La crisis sanitaria demostró el importante papel que jugaron los inmigrantes al no interrumpir la cadena alimenticia (entre otras), llegando incluso a reconocer como esenciales a los inmigrantes indocumentados. Esos empleos no compiten con los nativos y son necesarios para la recuperación de la crisis. Pero ese discurso hay que construirlo y no será fácil.

No soy optimista respecto al tipo de discursos que escucharemos en la campaña presidencial en torno al tema migratorio. Esperemos que la sociedad recuerde y tome en cuenta que quien estuvo recogiendo, empacando, transportando y distribuyendo los alimentos que consumimos durante el confinamiento en casa, fueron en gran medida los inmigrantes. Que entre quienes desinfectaron hospitales, limpiaron calles o recogieron basura también había muchos inmigrantes.

* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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