Anuncio

Una píldora combinada por día puede mejorar la salud cardiovascular de los estadounidenses pobres y minoritarios, sugiere nuevo estudio

Fighting high blood pressure and cholesterol
Una píldora económica que combina cuatro medicamentos ayudó a los estadounidenses de bajos ingresos a reducir la hipertensión y el colesterol malo. El hallazgo podría generar interés en EE.UU para establecer una estrategia que se consideraba útil sólo en lugares con acceso limitado a la atención médica.
(Ebrahim Noroozi / Associated Press)

Un estudio sugiere una manera potencialmente efectiva de mejorar la salud cardiovascular de los estadounidenses pobres y de las minorías: Déles una píldora diaria con dosis bajas de varios medicamentos para el corazón.

Share

Una píldora diaria económica, que combina cuatro medicamentos, puede ayudar a los estadounidenses de bajos ingresos a reducir el riesgo de afecciones que provocan ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Según los expertos, el nuevo estudio podría despertar el interés de EE.UU hacia una estrategia de prevención que se consideraba útil sólo en lugares con acceso limitado a la atención médica.

La píldora contiene dosis bajas de tres medicamentos para la presión arterial y uno para el colesterol.

Anuncio

Alrededor de 300 personas, de entre 45 y 75 años, de un centro de salud comunitario en Mobile, Alabama, participaron en el estudio. La mitad de ellas tomaron la píldora combinada. El resto continuó con sus cuidados habituales.

Después de un año, los pacientes con la “polipíldora” habían logrado descensos en su presión arterial y en su LDL, o colesterol malo, en cantidades superiores a los demás y consideradas significativas por los médicos.

Los inmigrantes están comprando una amplia gama de medicamentos ilegales en los mercados negros del sur de California, así como en Arizona, Maryland, Texas, Virginia y Washington, según informaron las autoridades policiales.

Sep. 19, 2019

“La polipíldora les da a los pacientes vulnerables una ventaja hacia una mejor salud”, señaló el autor principal del estudio, el Dr. Daniel Muñoz, cardiólogo del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.

La prueba no duró lo suficiente como para medir ataques cardíacos o derrames cerebrales. Un estudio que se prolongó por un período de cinco años, sobre una píldora diferente y que involucró a 6.800 personas en Irán, descubrió que la medicación redujo el peligro de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardíaca en un tercio de los participantes.

Las polipíldoras aún no están disponibles en Estados Unidos. Muchos médicos aquí han visto poca necesidad de ellas y prefieren adaptar los medicamentos de forma individual, remarcó el Dr. Salim Yusuf, de la Universidad McMaster en Canadá, quien lidera otro estudio similar que finalizará el próximo año. Sin embargo, los doctores a menudo no pueden personalizar los medicamentos porque no tienen tiempo, y a los pacientes no les gusta multiplicar las visitas a los consultorios. “Eso simplemente no sucede en la práctica”, consideró Yusuf.

La investigación, financiada por la Asociación Estadounidense del Corazón y los Institutos Nacionales de Salud, fue publicada la semana pasada en el New England Journal of Medicine. “Este es exactamente el tipo de evidencia que necesitamos para que la estrategia avance”, afirmó el Dr. Sidney Smith, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y ex presidente de la mencionada asociación, que no participó en el ensayo.

La mayoría de los participantes en la investigación ganaban menos de $15.000 al año; el 96% de ellos eran negros. Todos tenían al menos presión arterial alta y se les excluía del estudio si su colesterol LDL era demasiado elevado, una condición que exigía un tratamiento más agresivo.

A pesar de tener hipertensión, sólo la mitad tomaba medicina para ello y menos del 20% estaban medicados para el colesterol.

Vanderbilt fabricó las píldoras a un costo mensual de $26 por paciente, aunque para los participantes del estudio eran gratuitas.

Charles Roland, de 66 años y residente en Prichard, Alabama, tomó la polipíldora. Acordarse de tomar un medicamento le resultó más fácil que su rutina anterior, que incluía una píldora para la presión arterial en la mañana, y otra para el colesterol, por la noche. “Mi presión arterial bajó”, comentó Roland acerca de sus resultados durante el ensayo. “Mi colesterol también descendió y se mantuvo a un nivel constante, en el cual ya no es una amenaza para mi salud”.

Johnson escribe para la agencia Associated Press.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio