Anuncio

“No somos el basurero”: Las personas sin hogar que huyen del coronavirus se topan con la resistencia de los residentes

Karen Litfin of Laguna Hills protests outside the site of a former Comfort Inn.
Karen Litfin de Laguna Hills protesta el jueves frente al sitio de un antiguo Comfort Inn. La ciudad presentó una demanda para tratar de bloquear a los funcionarios del condado de Orange para que no alberguen a residentes sin hogar.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)
Share

Cuando los funcionarios de la ciudad de Lawndale se enteraron de que un hotel en su calle principal había sido arrendado al condado de Los Ángeles para alojar a personas sin hogar en alto riesgo de contraer el coronavirus, su reacción no fue el poner una alfombra de bienvenida.

Más bien, en una carta del 14 de abril dirigida al propietario del hotel, el abogado de la ciudad manifestó que si no rompía el contrato de arrendamiento al día siguiente, se convocaría una audiencia para considerar la revocación del permiso de operación del hotel.

Dicha oposición a nivel local se ha vuelto más común a medida que los casos de coronavirus se han multiplicado en las últimas semanas y un programa estatal para trasladar a miles de personas sin hogar a hoteles y moteles vacantes ha comenzado.

Anuncio

El gobernador Gavin Newsom planteó el tema el fin de semana pasado al anunciar que la cadena Motel 6 había ofrecido albergar a personas sin hogar en 47 moteles en 19 condados de California.

“Las ciudades que están bloqueando esos esfuerzos”, dijo, sin mencionar nombres, “por favor, consideren la moralidad de esas decisiones”.

En el condado de Los Ángeles, que el gobernador ha considerado como que han hecho un buen trabajo, más de 2.000 habitaciones de hotel están ahora en alquiler y un equipo de negociadores se encuentran estipulando acuerdos con docenas de otros propietarios en comunidades grandes y pequeñas. Los funcionarios han establecido una meta agresiva de llevar a 15.000 personas a las habitaciones de hotel, una cifra que igualará en un solo Condado la meta estatal establecida por Newsom para lo que él llama Project Roomkey.

Alrededor de la mitad de los 12 hoteles que ahora operan en el Condado están en la ciudad de Los Ángeles, donde el alcalde Eric Garcetti está reclutando la participación. Media docena de ciudades más pequeñas, desde Lancaster hasta Lomita, también han acogido, o al menos no se han opuesto, a los hoteles que hospedan temporalmente a personas que no tienen a dónde ir.

Pero no todo ha ido tan bien. A veces, los acuerdos para arrendar hoteles, que generalmente se llevan a cabo sin procedimientos públicos formales, se han topado con el temor de que las personas sin hogar sean traídas de otras ciudades, perturben los vecindarios y luego sean liberados para pasear por las calles locales después de que pase la pandemia COVID-19.

Los grupos de vecinos se han opuesto cuando se ha corrido la voz de un contrato de arrendamiento. En la ciudad de Laguna Woods, por ejemplo, los manifestantes de una comunidad de retiro del condado de Orange derribaron con éxito un plan para albergar a los residentes sin hogar en un hotel cercano.

También en el condado de Orange, la ciudad de Laguna Hills demandó para tratar de impedir que los funcionarios del Condado firmen un contrato con un hotel para albergar a los residentes sin hogar que están en riesgo, alegando que el edificio sería una molestia pública. Un juez rechazó su argumento esta semana y dictaminó que el contrato debería continuar durante el estado de emergencia declarado para el coronavirus.

En Inland Empire, la ciudad de Ontario exige que cualquier hotel que acepte alojar a personas sin hogar que corran el riesgo de contraer el coronavirus debe erigir una cerca. Dan Bell, un portavoz de la ciudad, dijo que Ontario planea controlar el acceso a cualquier hotel convertido en refugio, no bloquear su apertura.

En el condado de San Bernardino, los funcionarios llegaron a un acuerdo con un hotel de 50 habitaciones a lo largo de una franja comercial en la ciudad de San Bernardino y están alojando a personas sin hogar. Pero los miembros del Concejo de la Ciudad han reaccionado con enojo ante cualquier intento de ampliar el esfuerzo, afirmando que el Condado está enfocándose en su ciudad para atraer a más desamparados.

“No somos el vertedero”, dijo la concejal Bessine Richard en una reunión reciente.

Algunos vecindarios más ricos de Los Ángeles también protestan por iniciativas para albergar a las personas sin hogar.

En Pacific Palisades, un residente presentó una demanda para impedir que los funcionarios de la ciudad trasladen a los desamparados al Centro de Recreación de Palisades, diciendo que tal refugio crearía una molestia pública y podría violar las leyes que regulan la divulgación de información sobre los movimientos de delincuentes sexuales, de acuerdo con el documento. Además, los residentes de Cheviot Hills presentaron el miércoles una petición con más de 1.000 firmas a Garcetti, expresando su preocupación por el uso de vehículos recreativos para personas sin hogar en el estacionamiento de un centro de recreación que ya se está utilizando como refugio temporal.

En Lawndale, el alcalde Robert Pullen-Miles defendió las acciones de la ciudad, diciendo que tiene un historial de proporcionar servicios y ser sensible a la población sin hogar.

“En este proyecto en particular”, dijo sobre el hotel, “nuestra posición es que sentimos que hay otras comunidades donde este tipo de programa es probablemente más adecuado”.

En un procedimiento inusual, Lawndale lo turnó a la corte federal para defender sus posiciones. Junto con la ciudad estarán los funcionarios de Bell Gardens, que, citando poderes de zonificación, amenazaron con acciones legales contra el propietario de un hotel donde 73 personas están en cuarentena o aislamiento, si no “transfiere a los pacientes existentes a otras instalaciones disponibles tan pronto como sea posible”.

El juez David O. Carter, que preside los litigios –que no están relacionados- alega que la ciudad y el condado de Los Ángeles no están haciendo lo necesario para ayudar a las personas sin hogar, emitió una orden durante el fin de semana “invitando respetuosamente” a las dos ciudades a asistir a una audiencia de conciliación el jueves.

La abogada del condado de Los Ángeles, Mary Wickham, solicitó a Carter que interviniera, advirtiendo que Project Roomkey había sido “obstaculizado por objeciones de varias ciudades del Condado”. No mencionó ninguna ciudad, pero sugirió que Bell Gardens y Lawndale podrían dar un ejemplo.

“Es muy posible que más ciudades retrasen u obstaculicen Project Roomkey y otros programas diseñados para asegurar habitaciones de hotel y motel en comunidades locales”, escribió.

Pullen-Miles dijo que él y el abogado de la ciudad asistirían a la audiencia. El administrador de la ciudad de Bell Gardens, Michael B. O’Kelly, aseguró que su ciudad también respondería a la invitación, incluso mientras estaba investigando su propio caso en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.

Debido a que las dos ciudades no son nombradas en la demanda federal que involucra a la ciudad y al condado de Los Ángeles, Carter puede carecer de legitimación para ordenar los cambios. Pero ha demostrado tanto la disposición como la capacidad de convencer a los funcionarios públicos, incluido Garcetti, para ir a la corte y negociar.

“En este punto, sería el juez usando su autoridad persuasiva para unir a las partes”, expuso Pullen-Miles.

Si se decide que el Condado tiene la autoridad de emergencia para anular las reglas de zonificación de Lawndale, dijo Pullen-Miles, la ciudad aún querría garantías para proteger sus intereses. Entre estas, señaló, estaría saber si los residentes sin hogar serían libres de deambular por los vecindarios circundantes y si serían transportados fuera de la ciudad después de que finalice el contrato de arrendamiento.

“¿Simplemente abrirán el lobby del hotel, dirán que el programa ha terminado y dejarán que las personas decidan el siguiente paso?”, preguntó.

La ciudad, en su carta al propietario del hotel, manifestó que el contrato de arrendamiento de 90 días con el Condado invalidaría su permiso de uso, que limita el alquiler de habitaciones en Lawndale a 30 días. Hacerlo, escribió la ciudad, sería “perjudicial para la salud, la seguridad o el bienestar general de los residentes y las empresas que rodean la propiedad”.

En respuesta, Wickham dijo que esto era una insinuación que es “desalentadora y falsa”.

El supervisor del condado de Los Ángeles, Mark Ridley-Thomas, cuyo distrito incluye Lawndale, señaló que tuvo conversaciones “razonables” con Pullen-Miles, pero que no habían llegado a un acuerdo.

Trasladar a la gente a hoteles y moteles es lógico en varios frentes, expuso Ridley-Thomas, entre ellos al proporcionar una línea económica a los hoteles en dificultades.

“Estoy francamente sorprendido por eso”, dijo sobre la oposición. “Aquí es cuando se ponen a prueba los valores de las personas y se hace evidente quién está dispuesto a ayudar a abordar esta crisis de manera constructiva y humanitaria”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio